Consumir de Manera Consciente y Alineada con Nuestros Valores
Después de una fecha tan señalada como es la época navideña, quizá sería bueno hacer un repaso a nuestros valores y analizar cómo los hemos actuado durante ese período. Es cierto que nos bombardean por todas partes con el hecho de que la Navidad viene cargada de compras y regalos. Miremos hacia donde miremos, los impactos son constantes: televisiones, radios, internet, vallas publicitarias, revistas, periódicos, … equiparan la felicidad al consumo: nos convencen de que sin el segundo no es posible disfrutar de la primera, si no se compra la Navidad será triste parece ser la frase del subconsciente colectivo…. Esto conlleva, en primer lugar, un desembolso económico importante, que en muchas ocasiones descuadra las cuentas familiares; en segundo lugar, la frustración sufrida al darnos cuenta de que tener cosas materiales no nos hace más felices; y por último y muy importante, el hecho de centrar todo su significado en la adquisición de objetos, la mayoría de las veces innecesarios, creando la ansiedad de lo material e inmediato y no disfrutar del tiempo de calidad o de la riqueza de las pequeñas y simples cosas.
Por suerte cada vez son más las personas y los colectivos que buscan la sostenibilidad y la moderación durante esta campaña, y en general en su día a día. Ya que el consumismo además de ser una tendencia no sustentable en el tiempo, gasta recursos no sólo personales sino de nuestro entorno, los cuales cabe recordar que no son inagotables. Es por ello, que deberíamos concienciarnos de la importancia de valorar lo que tenemos, pasar momentos de calidad con nuestros seres queridos y apreciar todo lo que está a nuestro alrededor.
Parece que existe una línea imaginaria que divide el pensamiento sostenible del que no lo es. Y no sólo en Navidad; por un lado, con mucha frecuencia, las grandes campañas de marketing nos invitan al consumo de forma permanente y como sinónimo de estatus y dicha; y en contraposición, por otro lado, estamos aquellos que creemos en la moderación y en encontrar el bienestar en lo que nos rodea, en las experiencias de vida, que finalmente y tal como demuestran muchos estudios, son estas vivencias las que nos aportan, nos llenan y nos dan satisfacción; y todo en perfecta armonía y equilibrio con el medio en que vivimos.
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