Una Vuelta al Cole con Nuevos Retos

Se ha acabado el verano y ya hemos vuelto a la rutina. Cada mes de septiembre empezamos un nuevo curso y con él, al igual que ocurre cada enero, tenemos la sensación de que se nos presenta una nueva oportunidad para echar la vista atrás y revisar aquellas cosas que serían mejorables y marcarnos unos objetivos a nivel individual actualizados o diferentes. Sin embargo, también sería interesante, desde un punto social y educativo, establecer objetivos más globales que afectan directamente a nuestra infancia.

La mayoría de nuestr@s hij@s sufren cada curso una carga excesiva de tareas en su día a día causada por la vorágine a la que el mundo adulto está sometido. Así, la imposiblidad en la mayor parte de los casos, de conciliar; o la idea, de que es necesario un alto nivel de actividad, o incluso, otra creencia muy arraigada en nuestra sociedad, como es la alta competitividad, entendida como una característica indudable para ser l@s mejores frente a sus amig@s y compañer@s son hechos que repercuten en la salud física y mental de la infancia. Ell@s son los que sufren jornadas maratonianas entre clases y numerosas actividades, que no les permiten disfrutar ni tener tiempo al aburrimiento ni a la frustración, ya que este se entienden como algo muy negativo, y por supuesto son horas y horas de estrés a lo largo del año, que les impiden descansar, jugar, socializar, formarse e incluso esforzarse de forma libre, sin ser dirigidos.

Si queremos una sociedad constituida por adult@s responsables y con criterio, es el momento de parar, analizar y proponer nuevas maneras de educar y de vivir para nuestra infancia.

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