¡Qué Bonito Es Tener Un Perro!

Con este título se puede pensar que TODO ES BONITO, pero lo bonito de tener un perro es aceptar tanto los momentos malos como los buenos que van sucediendo entre ambos. Antes de nada, hay que dejar clara una cuestión, UN PERRO NO ES UN JUGUETE con el que solo divertirse y hacerle caso cuando tienes algo de tiempo. Un perro implica responsabilidades, pero como todo en la vida, que implique responsabilidades no significa que no sea bonito. Lo bonito de la relación con un perro es la confianza y el bienestar emocional que nos transmiten a través de su amor y apoyo incondicional, ese momento en el que entras en casa y está esperándote en la puerta, esa sensación que te transmite de alegría, todas estas emociones y sentimientos que se van forjando a la vez que ambos vais aprendiendo el uno del otro. La felicidad de ambos cuando comienzas a ver que encuentra en tu casa un hogar, cuando aprende cuál es su sitio para dormir o cuando reconoce su nombre. Lo bonito de tener un perro no se concentra en un solo momento, sino en todas esas pequeñas experiencias y lecciones que compartís y que quedan en vuestras retinas.

Así mismo, no hay nada más puro que el amor de un perro, tú eres su sol. Lo puedes ver cada vez que llegas a casa y ahí está él… dejándolo todo para darte la bienvenida, incluso puede hacerse pis de la emoción, y eso está mal (porque tiene que aprender donde puede hacer pis), pero a la vez está bien y tan solo puedes abrazarlo y darle besos. Cuando te das cuenta es un imprescindible en tu vida, es uno más, se hace tan imprescindible que cuando reservas en un restaurante preguntas si admiten perros, él es uno más de tu familia.

Otro debate es en que sitio debe estar un perro. PISO O CASA. He vivido toda la vida en una casa con un gran jardín y siempre ha habido un perro en ella. Por desgracia no es el mismo de siempre, primero fue Lassie y ahora es Rex. Porque si hay algo que realmente es triste a la hora de tener un perro es que, como todo en la vida, no es para siempre. Ahora vivo en un piso y tengo a Kira (tranquilos Rex sigue bien acompañado por mis padres) y habiendo vivido ambas me queda claro que no tiene nada que ver la educación de una con la otra. Y es que en una casa el perro es mucho más «libre», por decirlo de alguna manera, ya que no tendrá horarios de baño y podrá corretear todo lo que quiera y cuando quiera. Sin embargo, en un piso siempre va a estar mucho más limitado. Yo siempre he sido defensora de la casa y viviendo la otra opción aún lo tengo más claro. Pues cuando Kira llega a sus casas de «verano» y corretea todo lo que quiere, le veo su máxima felicidad en sus ojos. Esto no quiere decir que no sea feliz en el piso, pero bueno yo diría que no es lo mismo.

Y sí, muchos leeréis esto y diréis es un perro no un bebé, pero ambos son seres vivos que sienten y padecen, cada uno implica ciertas responsabilidades y con cada uno se forja una relación diferente. Para mi KIRA Y REX son mis hijos perrunos, entiendo que algunas personas no lo comprendan, pero por el momento mis perros me han transmitido más emociones que algunas personas.

LA VERDAD, UNA VIDA CON UN PERRO EN ELLA…ES MÁS VIDA.

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